Elementos arquitectónicos
Son las piezas que se encargan del armazón, de la forma y la
calidad estética de un edificio. Estas piezas se trabajan entre sí hasta lograr una perfecta
unidad con el conjunto. El espacio consigue definir formas externas e internas. Hay
elementos arquitectónicos encargados de separar el volumen de la edificación del ambiente
que lo rodea, elementos externos como las fachadas o cubiertas, y otros internos como la
separación de plantas, o la distribución. Existen otros elementos de relación externa e
interna, como puertas, ventanas o escaleras, y también elementos estéticos condicionados
por todos los anteriores.
Soportes arquitectónicos: Son el conjunto de elementos verticales que ejercen
funciones sustentantes. El muro puede ser de mampostería, de fábrica o de
hormigón. Y los encontramos resistentes, que soportan algún elemento estructural,
y de cerramiento, aquel que separa los espacios interior y exterior. Los muros resistentes
también se llaman portantes o de carga, se construyen con un espesor
que va proporcional a lo que soportan. Muchas veces la naturaleza de los materiales
o la complejidad del edificio permiten que se resistan fuerzas sin necesidad de
aumentar la masa del muro. Los huecos que se abren, puertas y ventanas, se
coronan con dinteles, cargaderos o arcos que desvían las fuerzas hacia los laterales
macizos. El número de huecos depende del sistema de cargas, de la resistencia de la
estructura y de las tensiones de la propia pared. La colocación de los muros es
decisiva para decidir el tipo de estructura horizontal que se ha de usar en suelos y
techos, y el elemento más usado es la viga, que debe apoyar en ellos sus extremos.
Los muros de cerramiento aparecen tan solo en estructuras donde las cargas son
recogidas por elementos como entramados o pilares, vigas de madera, estructuras
metálicas o cualquier otra solución portante. Dada la generalización actualmente de
estructuras metálicas o de hormigón hace que prácticamente todos los muros sean
de cerramiento, o los llamados muros cortina, que se pueden hacer de todo tipo de
materiales. Los contrafuertes se usan a veces para contrarrestar los empujes
horizontales de las bóvedas o los arcos. Se les llama también estribos. Se usa gran
cantidad de masa que
por la gravedad, pueda absorber estos esfuerzos. Este sistema constructivo se usa
ya en Mesopotamia y entre los romanos. Los contrafuertes se asientan tanto en el
exterior como en el interior, y se ve de manera muy clara en la basílica de Magencio,
en Roma, donde su uso permite la abertura de las fachadas con un papel estructural
portante mínimo. Ya durante el románico los contrafuertes se usan como
continuación de los pilares interiores, aunque sin aligerar los muros de la fachada,
que se siguen comportando como muros de carga. En la planta de la catedral de
Santiago de Compostela se ve como los contrafuertes románicos actúan de esta
manera que se acaba de explicar.
La arquitectura gótica implica que se reinterpreten las estructuras. La necesidad de abrir
grandes ventanales y aumentar la altura de los edificios lleva a distribuir todo el peso de la
cubierta en ciertos puntos donde se concentran los esfuerzos y da como resultado una esbelta
estructura vertical con la apertura de grandes huecos cerrados con hermosas vidrieras.
En estos puntos se colocan los pilares que van absorbiendo las cargas verticales, aunque
las horizontales son transmitidas por las bóvedas que no sean capaces de soportarlos. Por
eso se trata de trasladas esfuerzos fuera del
espacio diáfano interior por medio de los arbotantes, arcos exteriores que reciben los
esfuerzos horizontales y los trasladan hasta los botareles, unos contrafuertes exentos
que descargan y a la vez se estilizan mediante elementos verticales de coronación, que
son los pináculos.
La estructura o la disposición constructiva de un muro es el
aparejo. Hay varios tipos. Los de sillería o ladrillo pueden ser:
1. a soga, donde las piezas presentan vista la cara más larga
2. a tizón, mostrando al exterior la cara menor, y consiguiendo mayores secciones
de muro y más altas resistencias.
3. a soga y a tizón, que alternan el lado largo y el corto en la cara externa.
Según el tipo de material usado, el aparejo puede ser:
a) aparejo de sillería, el llamado opus quadratum, que está formado por
bloques regulares de piedra, en forma de paralelepípedo. Es isódomo o
regular cuando los sillares muestran su cara exterior de iguales
dimensiones, y es pseudoisódomo cuando presenta hiladas regulares,
aunque de distintas alturas. Irregular es cuando no se distingue una
disposición concreta.
b) sillares, dispuestos regularmente en forma de bandas horizontales o
hiladas
c) Aparejo almohadillado es el que presenta los sillares labrados en los
bordes para permitir el ajuste de las juntas y la parte central del sillar en
forma de almohadilla. De aquí se deriva el aparejo rústico donde la
parte central del pilar no se labra. El de puntas de diamante es en el que
la parte central se labra con esta forma.
c) Aparejo almohadillado es el que presenta los sillares labrados en los
bordes para permitir el ajuste de las juntas y la parte central del sillar en
forma de almohadilla. De aquí se deriva el aparejo rústico donde la
parte central del pilar no se labra. El de puntas de diamante es en el que
la parte central se labra con esta forma.
d) Aparejo ciclópeo es aquel en el que el muro se forma con enormes
sillares unidos sin argamasa, a hueso o en seco.
e) El sillarejo es el aparejo de sillares pequeños de piedras colocadas sin
elaboración previa, de forma irregular, pero de un tamaño que permite
hacerlo a mano; se le llama también mampuesto.
f) Aparejo de ladrillo, opus latericium, que siempre es regular porque las
piezas son idénticas. Se llama a sardinel cuando el ladrillo se coloca de
canto, en espina o en espiga cuando se coloca inclinado; flamenco
cuando en cada hilada se alternan ladrillos a soga y a tizón; holandés
cuando una hilada va a soga y tizón y la otra a tizón; e inglés cuando se
alternan las hiladas a soga y a tizón.
g) Aparejo mixto, opus mixtum, combina hiladas de ladrillo con la sillería
o la mampostería, o también el canto rodado o tapial. El aparejo
toledano, por ejemplo, que alterna verdugadas o bandas de ladrillo con
mampostería.
Dentro de los elementos verticales de apoyo nos encontramos con:
a) El pilar soporta las cargas del dintel y para que no se deforme hay que
emplear los materiales adecuados, como la piedra, aunque también en
ocasiones se puede usar la madera. Desde casi la Prehistoria hasta el mundo
romano la estructura de muro de carga-pilar-dintel era la forma más usada en
Arquitectura. De forma tradicional se vincula la columna a los sistemas
adintelados y el pilar a los abovedados, por necesitar de un soporte más
robusto. En el Románico el pilar suele ser cruciforme para recibir el doble
juego de arcos formeros y fajones de las bóvedas de cañón de las naves. Con
ello se establece el principio de que a cada elemento portante o transmisor de
cargas le corresponde un soporte. En el Gótico el pilar evoluciona hacia un
haz de columnillas adosadas a un núcleo central cilíndrico, correspondiéndose
cada una con los arcos y nervios de las bóvedas. Hasta la aparición del hierro
colado lo sustancial no ha variado en todo el sistema y muchas de las
construcciones de grandes edificios se basan en las estructuras de pilar y
dintel del pasado, aunque el acero permite hacer estructuras más ligeras y de
mayor altura. Una de las más singulares aplicaciones son los pilares hongo de
hormigón.
La columna es el soporte vertical característico de la arquitectura occidental
y se asocia a la arquitectura adintelada o arquitrabada, aunque es bastante versátil.
Cumple una función estructural y otra estética y decorativa. Columnas adosadas son
las que están pegadas al muro y exentas separadas de él. En la arquitectura egipcia es
cuando por primera vez aparecen como elemento constructivo de manera sistemática,
basándose en formas vegetales, como las del recinto funerario de Zoser, que semejan hojas
de palmera. En el mundo griego es un elemento básico dentro de los órdenes
clásicos. Las partes esenciales de la columna son: Basa, fuste y capitel. Puede
apoyarse directamente en el suelo o sobre un pedestal. La basa es la pieza que
separa el fuste del suelo y suele componerse de molduras llamadas toros en el
caso de las convexas y escocia en las cóncavas.
c) La pilastra aparece adosada al muro, pudiendo desempeñar una función
sustentante, aunque la mayoría de las veces se trata solo de decoración. Su
sección puede ser cuadrangular o poligonal. Se divide como la columna en
basa, fuste y capitel, y se somete a las reglas de los órdenes clásicos
Hay elementos estructurales que son sustentados, como el dintel y el arco. El
dintel soporta sobre él su propia carga y otras, sin deformarse, aunque esto
puede pasar si no usan los materiales adecuados. Los dinteles de albañilería
suelen ser ineficaces por la falta de cohesión del mortero. La transición entre el
dintel y el pilar o la columna se suele resolver con zapatas. El arco solventa el
problema de las luces libres, porque se pueden abrir amplios huecos usando
pequeñas piezas de ladrillo o piedra. El arco en el borde superior está formado
por bloques de distinto tamaño en forma de cuña que presionan contra la
superficie de dovelas y que conducen la carga con uniformidad hacia los
apoyos. Los empujes de los elementos sustentados se reciben en los dos pilares
o apoyos sobre los que descansa el propio arco. La estructura de arcos presenta
un problema de equilibrio que no lo tiene la arquitectura adintelada, porque
transmite solo las cargas verticales. El arco ya era conocido en el antiguo
Egipto, aunque no se consideraba adecuado para la arquitectura monumental,
aunque en escasas ocasiones se usó, como el de Deuderah, que es de adobe.
Adquiere importancia en la arquitectura mesopotámica y luego en la asiria.
Los hititas y micénicos emplean el pseudoarco. Los griegos de la época clásica
tampoco lo usan demasiado, aunque si durante el período helenístico. Los
romanos aprenden de los etruscos y unen las dovelas con argamasa o grapas.
Fue muy usado el arco en la arquitectura pública y pasaría luego a la
arquitectura cristiana medieval, en donde a veces simplemente el uso de los
distintos tipos de arco diferencian los estilos arquitectónicos. En el románico
se emplea mucho el arco de medio punto; y el gótico usa más el arco apuntado.
En el Renacimiento se usa el arco de medio punto y el rebajado. La
curvatura por la parte frontal; la superficie interior se llama
intradós, la exterior, trasdós, extradós o espalda. Las piezas
que componen el arco se llaman dovelas y la línea de
separación entre ellas son juntas. La parte más elevada
de la curva del arco es el vértice, ápice o cima, donde se sitúa una clave que es
la dovela. El arranque o salmer es la dovela o elemento inferior donde se inicia
el arco, y el asiento o apoyo es el elemento en que descarga. La distancia entre
los apoyos del arco es la luz, y la flecha es la altura del arco desde la clave
hasta la línea de arranque. El riñón es la segunda cuarta parte desde el
semiarco. El hueco o vano es el espacio o abertura que abarca el arco. El
centro del mismo es aquel desde el que está trazada la curva que forma el
intradós. Tipos de arcos:
A. Por su forma podemos hablar de:
Arcos semicirculares:
1. Arco de medio punto, semicircular, con la flecha igual a la luz.
Se usa en las arquitecturas romana, románica y renacentista
2. Arco peraltado o realzado es el que presenta una mayor altura
que la mitad de su luz. Arranca por encima del nivel de
impostas.
Arcos rebajados:
3. Arco rebajado es el que tiene una menor altura que la mitad de
su luz, parecido al arco oblicuo
4. Arco escarzano es el menor que el semicírculo del mismo radio,
normalmente se corresponde con un ángulo de 60 grados y su
centro se sitúa por debajo de la línea de impostas
5. Arco carpanel, arco apainelado o arcos Anse de Painer, está
compuesto por dos porciones de circunferencia unidas por dos
rectas que convergen en la clave formando un ángulo. Tiene
varios centros, siempre en número impar.
6. Arco abatido o deprimido, es el que está formado por dos
cuadrantes unidos por una recta.
Arcos cuya clave es apuntada:
7. Arco apuntado u ojival, formado por dos porciones de curva
que forman un ángulo en la clave y cuyo intradós es cóncavo.
Es el arco típico del Gótico.
8. Arco alancetado es el que tiene una forma apuntada muy aguda
9. Arco conopial, que es un arco apuntado formado por cuatro
arcos; los superiores convexos y los inferiores cóncavos, con
cuatro centros. Su intradós presenta la forma de moldura
llamada talón, gola reversa o cima reversa. Se empieza a usar
sobre todo a partir del año 1300 en la arquitectura gótica y
adquiere especial importancia en la inglesa. De hecho una
variante es el arco Tudor, que es apuntado y cuya rosca
comienza en un cuarto de círculo y continúa hasta el vértice en
línea recta.
10. Arco florenzano, que presenta la misma estructura que el arco
conopial, pero más decorado. Se usa durante el Gótico florido.
11. Arco aquillado, que en realidad es una variante del conopial
12. Arco escocés es un arco conopial invertido.
Arcos sobrepasados.
13. Arco de herradura, en el cual su intradós es mayor que una
semicircunferencia, y el centro está por encima de la línea de
impostas. Puede ser de medio punto o apuntado, y entonces se
llama túmido.
14. Arco de herradura visigótico, que tiene las dovelas dispuestas
radialmente en toda la rosca
15. Arco de herradura árabe; con las dovelas dispuestas
radialmente, pero sólo en la parte superior de la rosca, y co un
extradós paralelo siempre al intradós
Arcos de intradós decorado:
16. Arco angrelado, formado por una serie de pequeños lóbulos o
subarcos, con lo cual el intradós está decorado por ondulaciones
curvas que se cortan formando picos. Se le llama también arco
cairelado.
17. Arco lobulado, es una variedad del anterior, pero los lóbulos
son más marcados. Pueden ser trilobulados o polilobulados.
18. Arco festoneado es el que presenta el intradós decorado con
ondulaciones convexas o festones.
Falsos arcos:
19. Arco mixtilíneo es el formado por líneas curvas y rectas
20. Arco rampante o tranquil es el que tiene los arranques a distinta
altura.
B. Por su función constructiva.
1. Arco abocinado es el que tiene más luz en el paramento que en el opuesto,
también se le llama capialzado.
2. Arco angular es el que presenta un intradós formando ángulo, con despiece
radial
3. Arco de descarga, el construido dentro de un muro para aliviarlo y descargar el
peso y los esfuerzos laterales.
4. Arco diafragma o arco perpiaño, es el que separa una nave en tramos para aliviar
los muros laterales; o el que separa las bóvedas de cañón transversales
5. Arco entibo es el que se apoya, a modo de tirante, en los muros, en otros arcos o
en pilares, para reforzarlos y evitar la inclinación de los muros
6. Arco fajón es el resalto como refuerzo en el intradós del cañón de una nave,
separando las crujías de la bóveda. Es el arco perpiaño del Románico
7. Arco formero es el que sostiene la bóveda de arista o de crucería.
8. Arco triunfal es el que da paso desde la nave al presbiterio o desde éste al ábside
9. Arco toral es cada uno de los cuatro arcos que sostienen el cimborrio o la cúpula
en la intersección de una nave y el crucero, limitando el espacio de éste.
10. Arco botarel o arbotante
C. Por sus elementos
1. Arco avanzado es aquel cuya clave o parte superior es saliente respecto al plano
vertical de sus arranques
2. Arco doblado es el formado por dos arcos superpuestos el uno al otro
3. Arco geminado son dos arcos unidos entre si, de forma simétrica y compartiendo
el arranque central
4. Arco entrecruzado es cuando
se entrecruzan varios arcos formando un conjunto.
Ya en el arte contemporáneo se usan el arco catenario, el parabólico y el elíptico.
El orden arquitectónico es una unidad, formada por una
columna y un entablamento en el que todos los elementos se relacionan siguiendo una
norma prefijada. Los griegos fueron los creadores de los tres primeros órdenes que luego
fueron ampliados por los romanos y a través del Renacimiento han llegado a nosotros. La
primera descripción de la época nos ha llegado a través de Vitrubio en su Tratado de
Arquitectura. Establece la distinción de los tres órdenes griegos; jónico, dórico y corintio, y
uno romano, el toscano. En el siglo XV Alberti recoge la información de Vitrubio y le
añade un orden romano más, que es el compuesto, y en el siglo siguiente Serlio fija la
existencia de cinco órdenes, desde el más robusto al más estilizado: dórico, toscano, jónico,
corintio y compuesto. Luego se hacen variantes de los cinco órdenes y se mezclan unos
con otros, pero nunca tuvieron la validez universal de los cinco clásicos. Solamente el
orden gigante o colosal, inventado por Miguel Ángel y practicado en la basílica del
Vaticano, tuvo un reconocimiento unánime.
Cada uno de los elementos, basa, fuste, capitel y entablamento,
presenta una forma y decoración diferente. En la arquitectura griega los órdenes
desempeñaron un papel constructivo, ordenador de las partes y decorativo, pero con la
arquitectura romana se asocian a los arcos, por lo cual la columna pierde su valor
sustentante. El Renacimiento los entiende de la misma manera.
1. ORDEN DÓRICO.- Suele carecer de basa. El fuste está formado por tambores
unidos sin argamasa, y es mas ancho abajo que arriba. El ensanchamiento se llama
éntasis. Longitudinalmente lo recorren una serie de estrías talladas en arista viva. El
capitel está compuesto de collarino, que une el fuste y el capitel, equino, una
pieza curva y el ábaco, bloque rectangular sobre el que descansa el entablamento.
El entablamento se divide en arquitrabe, friso y cornisa. El arquitrabe se remata con
una moldura decorada por un pequeño panel llamado regula, del que penden unas
protuberancias llamadas gotas. Sobre el arquitrabe está el friso, compuesto de
triglifos, acanaladuras verticales y paralelas, y metopas, espacios cuadrados lisos o
decorados con relieves y pinturas. Los triglifos y metopas coincidían con las
columnas y los intercolumnios, simulando los frentes de vigas portantes de madera
y los entrevigados frontales. Todo ello se corona con la cornisa.
desarrollaron los romanos y guarda mucho parecido con
el dórico. Suele tener basa y fuste liso, con capitel compuesto de ábaco y
equino, aunque con menos vuelo que el dórico
equino, aunque con menos vuelo que el dórico
3. ORDEN JÓNICO.- Es más estilizado que el dórico, con basa compuesta de toro
y escocia, y el fuste acanalado con aristas rebajadas. El capitel se compone de
volutas en espiral y equino, más pequeño que en el dórico y decorado con ovas.
En el entablamento el arquitrabe se divide en tres bandas, con el friso continuo y
decorado en relieves.
4. ORDEN CORINTIO.- El fuste, la basa y el entablamento son parecidas a las
jónicas, aunque el capitel es más alargado y compuesto por una única pieza
decorada con hojas de acanto salientes. El capitel se separa del fuste por una
moldura curva a modo de collar que se llamaba astrágalo.
5. ORDEN COMPUESTO.- Es descrito por Alberti y mezcla en su capitel
elementos jónicos y corintios. El orden gigante abarca más de un piso de
ventanas
3. Cubiertas arquitectónicas.-
La cubierta es el elemento o conjunto de elementos
que cierra una construcción por su parte superior y que la protege de los fenómenos
atmosféricos. Su función primordial es la impermeabilidad a la lluvia o a la nieve, y por
eso deben llevar elementos que evacuen el agua y eviten las filtraciones. Pero por
cubierta se entiende tanto el interior como el exterior. Precisamente en el exterior, para
cubiertas inclinadas se usan materiales como las tejas, la chapa de zinc o de plomo,
mientras que en las cubiertas planas puede llevar solados, gravas, betunes asfálticos. Las
cubiertas presentan distintos tipos.
Armaduras. – Son el conjunto de piezas que forman el esqueleto de una cubierta,
pared o forjado, y tienen una función estructural. Pueden ser de madera, acero,
hormigón o cualquier material resistente a la flexión. En cubiertas se puede usar la
viga-celosía de acero, aunque casi siempre se ha usado la cercha de madera, que hoy
ha sido sustituida por la metálica, cuya forma triangular permite obtener una
cubierta inclinada a dos o más aguas. Estas últimas estructuras pueden ser de
distintos tipos. Están la estructura de parhilera o mojinete en donde las vigas
inclinadas se apoyan en el canto de una viga de coronación colocada
longitudinalmente y que recibe el nombre de hilera. En la parte inferior hay un
tirante transversal que impide que el triángulo se abra por la base. La armadura se
completa con las correas que son las viguetas que unen los pares y sobre las que se
coloca la tabla y el cerramiento exterior de la cubierta. Puede existir una pieza
vertical que vaya de la hilera al tirante y que recibe el nombre de pendolón; y otras
inclinadas llamadas tornapuntas o jabalcones. Cuando se coloca una viga horizontal
a un tercio de altura del triángulo se tiene una cercha de par y nudillo. La cubrición
de la techumbre puede hacerse por debajo de los nudillos consiguiendo tres faldones
dispuestos de forma trapezoidal: si se colocan dos faldones más en los lados
menores de la techumbre, dándole una forma de artesa invertida, la armadura se
llama de artesa o limas. Cuando solo hay una lima por arista la estructura se llama
lima bordón y si tiene dos, lima manares. Todo esto se usa para la construcción de
los artesonados.
Bóvedas.-Son cubiertas de sección curva que cierran una crujía, un espacio entre dos
muros o apoyado en un sistema de arcos sobre pilares o columnas. A menudo se
definen por la proyección de un arco. Está compuesta de: las dovelas o piezas en
forma de cuña, la clave que es la dovela central que cierra la bóveda; los nervios, o
arcos de las dovelas independientes en las aristas y el arranque o salmeres que son
las dovelas en las líneas de arranque de la bóveda. El asiento o apoyo son las partes
de los muros o pilares sobre los que descansa la bóveda. La distancia entre los
apoyos es la luz, y la flecha es la altura de la bóveda desde la clave hasta la línea de
arranque. El muro frontal es el que cierra la bóveda en sus partes abiertas. Un luneto
es la abertura practicada en la bóveda por otra bóveda que intersecciona con ella.
Hay distintos tipos de bóvedas.
Bóvedas de sección semicircular:
a) Bóveda de cañón.-La más sencilla es la de medio cañón simple que
surge al trasladar un arco a lo largo de un eje sobre una
planta rectangular. La forma más habitual es la de medio
cilindro. La bóveda de cañón ejerce empujes igual
que lo hace el arco y tanto ésta como los muros
que lo hace el arco y tanto ésta como los muros
laterales deben ser reforzados a lo largo de su
recorrido. Para eso están los arcos fajones, que apoyan
sobre pilares o grupos de pilares o pilastras adosadas a los muros como
refuerzo de éstos. El sistema continuo de carga sobre los muros portantes
hace que el número de huecos que se pueden abrir sea limitado. La
clásica bóveda de cañón aparece por primera vez en el Egipto antiguo y
en el cercano Oriente como una forma profunda del arco. Este tipo de
bóveda es muy importante en el Románico, aunque ya se había utilizado
en Roma, por ejemplo en la basílica de Magencio. Cuando la bóveda de
cañón cierra un espacio entre muros circulares y concéntricos se llama
anular, como la galería perimetral del mausoleo de Adriano.
usar para cubrir espacios de plantas semicirculares como los ábsides o
para rematar bóvedas de cañón.
c) Bóveda de arista; se origina por la
intersección de dos bóvedas perpendiculares de
cañón de la misma flecha y diámetro. Cada una contrarresta el
empuje de la otra y permite la cubrición de espacios de planta cuadrada.
empuje de la otra y permite la cubrición de espacios de planta cuadrada.
2) Bóvedas de nervios.
d) Bóveda de crucería. En realidad es una especie de transformación de la
bóveda de arista, cambiando sus encuentros en nervios estructurales sobre
los que se apoyan los paños de las bóvedas, lo que permite que los pesados y
antiguos arcos fajones se transformen en arcos formeros. Todos estos nervios
convergen en los puntos de apoyo, pilares o grupos de pilares que pueden
diseñarse con mayor esbeltez. El conjunto que resulta es una estructura
diáfana a base de elementos verticales, lo cual se hace posible al haberse
liberado los muros de las cargas de cubierta, de los que parten haces de
nervios estructurales de secciones mínimas. En estos pilares se concentran
todos los esfuerzos; siendo los horizontales recogidos por los arbotantes.
Este diseño plenamente gótico libera a los muros
tradicionales de su función de carga, convirtiéndose en
simples cerramientos del espacio, a la manera de la
arquitectura moderna, propiciando incluso los paños
acristalados, como ocurre con las vidrieras de las
grandes catedrales. La bóveda de crucería también
recibe el nombre de sexpartita si se añade un tercer
nervio transversal, propia de los primeros templos
góticos franceses. Y se dice que es bóveda de terceletes cuando más
nervios parten de
un mismo punto. Cuando los nervios se multiplican dando lugar a claves
secundarias se llaman bóvedas estrelladas, y si los nervios parten de un
mismo apoyo se llama bóveda de abanico o palmeada, una solución que se
usa profusamente en el Gótico inglés.
3· Cúpulas.- Son las cubiertas cóncavas, bóvedas semiesféricas situadas
sobre una planta circular, cuadrada, octogonal o elíptica. En la bóveda
sus empujes son iguales en todo el perímetro circular de arranque.
Permite crear espacios amplios y diáfanos cargados de gran simbolismo
en todas las tradiciones arquitectónicas. Hasta el siglo XIX, con los
nuevos materiales, las cúpulas presentan el problema de su peso y la
transición desde su planta, cuadrada u octogonal, a su perímetro circular
Las cúpulas se construirán sobre todo de piedra, que son muy pesadas,
pues aunque existen algunas de madera, son muy vulnerables al fuego.
Pero en el barroco madrileño son especialmente abundantes las cúpulas
encamonadas, en realidad cúpulas falsas de armazón de madera y
revestimento de yeso. Para resolver la transición de un espacio de planta
cuadradas a la base circular de la cúpula se usaron las trompas y las
pechinas. Y la cúpula puede estar asentada sobre un tambor para estar
más elevada y permitir mayores huecos de iluminación. Sobre la clave de
la cúpula se alza a veces una linterna, un cuerpo cilíndrico más pequeño
que aumenta su altura y realza su perfil exterior. La cúpula permitió
enormes avances arquitectónicos, aportando un gran valor simbólico al
espacio que definen. Ya en las cabañas circulares mesopotámicas y en las
tumbas redondas de Oriente Próximo están los primeros indicios de lo
que sería la cúpula, aunque este elemento constructivo se fuera perdiendo
luego con el tiempo, para resurgir luego en la arquitectura romana, que
evolucionará en paralelo a la mejora de la calidad del hormigón, como se
puede apreciar en el Panteón de Roma, edificio de planta circular
cubierto con una enorme cúpula, hecha aligerando el peso con materiales
más livianos a medida que aumentaba en altura, y consiguiendo que sus
empujes se transmitieran de forma directa al terreno, gracias a un muro
perimetral reforzado por ocho enormes machones que sirven de
cerramiento al espacio circular. Los bizantinos también usan la cúpula
sobre pechinas, que permite una renovada recepción espacial. Un claro
ejemplo es la de Santa Sofía, que marca un hito en la historia de la
Arquitectura. Está inscrita en un gran cuadrado y se apoya solo en
cuatro puntos; las pechinas de los ángulos. Se diferencia de las grandes
cúpulas romanas en las que el peso recaía sobre el suelo a través del
cerramiento circular. Aquí la cúpula aparece suspendida en el vacío y
muy iluminada gracias a las cuarenta ventanas que se abren en su
arranque. Todas las partes del edificio se diseñan para contener sus empujes,
que se transmiten a las cúpulas laterales que cubren los ábsides. Hay otras iglesias
que se transmiten a las cúpulas laterales que cubren los ábsides. Hay otras iglesias
bizantinas que siguen su ejemplo a través de Grecia, los Balcanes, norte de África e
Italia. Y son destacables las hermosas cúpulas rusas en forma de cebolla
o de bulbo, donde el perímetro del riñón de la cúpula es más amplio que
el de la línea de arranque o de impostas. La influencia ortodoxa llega
incluso a la arquitectura persa o hindú, como lo demuestran las cúpulas
icónicas del Taj Mahal de Agra. La arquitectura islámica también
conserva el gusto por la cúpula. Como ejemplos tenemos la cúpula de la
Mezquita de la Roca en Jerusalén o la cúpula califal o de arcos
entrecruzados que se desarrolló en Córdoba durante el califato, en la cual
los ocho nervios estructurales dibujan un polígono estrellado al
cruzarse. En la Edad Media se perdió mucha de la técnica romana,
aunque durante el Románico aparecen los cimborrios, torres sobre
el crucero de las iglesias que desempeñan un papel
similar al de las cúpulas. En el Renacimiento se recupera de nuevo la
tradición. Una de las cúpulas más destacadas es la de Santa María dei
Fiori, de Brunelleschi, que en realidad es una doble cúpula que subdivide
su peso entre la cúpula interior semiesférica más baja y una cúpula
externa de arcos apuntados que reparte los empujes de la otra. El modelo
en que se inspira son las cúpulas románicas que se encontraban incluidas
en los cimborrios, aunque en este caso se va más allá y se reúnen las dos
cúpulas en los ángulos por medio de cestillas y zuncha la cúpula interior
con grandes anillos de madera que se unían entre sí con vigas de hierro.
Este sistema que no usaba las cimbras se impuso en el Renacimiento y
Miguel Ángel proyecta de manera parecida la cúpula del Vaticano.
Se plantea en el Vaticano una doble cúpula diseñada como una escultura, que es
el centro del edificio y como símbolo del centro de la cristiandad. La cúpula
condiciona la valoración del resto del edificio, pues ningún otro elemento
puede competir. Durante el Barroco y hasta el siglo
XIX la construcción de cúpulas siempre ha representado cierto
simbolismo como imagen del poder. Eso ocurre en la de San Pablo de
Londres, de Wren. Así se construyó también la del Panteón de Paris, de
Soufflot y la cúpula del Capitolio de Washintong, obra de Thornton. Los
nuevos materiales, como el hormigón, aluminio, madera laminada y plástico,
han permitido avances en esta materia. Fuller, ingeniero americano, patentó en
1947 la cúpula geodésica, construida con estructuras espaciales, retículas de
acero y cristal que permiten salvar grandes luces sin soportes intermedios.
o los métodos constructivos mediante elementos decorativos. La mayoría de la
arquitectura egipcia se hace en piedra; y en Grecia o la India se conservan como
decoración elementos de la arquitectura de madera. Mucho del mármol de los
templos griegos fue recubierto de estuco, y el ladrillo romano ocultado con
losas de mármol coloreado. La historia de las bóvedas está llena de ejemplos en
los que se pretende ocultar su efecto real mediante pinturas. La ornamentación
puede ser mimética cuando imita formas de la arquitectura, o aplicada, cuando
se concibe como una envoltura decorativa sin referencia a estructuras reales.
Desde el siglo XIX la nueva arquitectura se enfrenta al concepto de ornamento
arquitectónico en dos vertientes: la desornamentación y el nacimiento de un
nuevo lenguaje arquitectónico, el “art noveau”, o la consideración de la
ornamentación arquitectónica como un efecto propio de la naturaleza, lo cual
dará lugar a la ornamentación orgánica. Las principales fuentes ornamentales
son la naturaleza y la geometría, aunque la enorme variedad de elementos
usados a lo largo de la Historia hace difícil especificarlos todos. Podemos
distinguir, a grandes rasgos:
A. Motivos ornamentales:
1. Caligráficos: sobre todo la alafia o motivos de caligrafía árabe y
epigrafía de inscripción conmemorativa, especialmente en Latín
2. Geométricos simples, cuando se produce la repetición de un
motivo o la alternancia de algunos, que normalmente se alojan
en molduras o baquetones. Pueden ser dentículos, ajedrezado,
puntas de diamante, trenzado…
3. Geométricos complejos, cuando los motivos se entrelazan,
manteniendo un ritmo y simetría y componen paneles
geométricos. En la decoración árabe tenemos el arabesco, la
lacería, el mocárabe. Propios de la decoración gótica son los
motivos circulares, como el trifolio, el cuadrifolio, el lobulado,
polilobulado y la tracería. En la arquitectura romana y luego en
el Renacimiento se usa el casetón en las cubiertas o el intrados
de arcos.
4. Vegetales, como las hojas de acanto clásicas, el ataurique árabe,
la cornucopia romana, el grutesco, el candelieri, los festones,
guirnaldas, rocalla, venera (en forma de concha o abanico
gallonado) o el florón.
5. Animal y humana: bucráneo, león, grifos, quimeras, garras
B. Coronamientos ornamentales: son adornos arquitectónicos colocados como
remates; frisos, frontón, cimacio, crestería, cariel, antefija, acrótera, gárgolas, remates de
arcos, gabletes, vierteaguas.
C. Soportes ornamentales: Sirven para sostener elementos en voladizo, como ocurre
con los canecillos, modillón, ménsula, atlante, cariátide, estípite.
D. Elementos ornamentales adosados: hornacina, cartela, medallón, orla, tondo,
celosía, máscara, mascarón.
E. Revestimento ornamental: azulejo, esgrafiado, mosaico.
La función de las artes decorativas es fundamental en la Arquitectura, y de hecho hay
estilos arquitectónicos que definen el carácter de la masa y el espacio mediante estas artes y
hasta pueden determinar la forma del edificio.
5. Tipologías arquitectónicas.-
Las tipologías permiten una aproximación crítica, histórica
y cultural a la propia Arquitectura, y a los edificios, sus resultados. La configuración de los
diversos modelos arquitectónicos parte de una relación entre dos elementos: forma y
función. Tipología arquitectónica es aquella forma, edificio, espacio ciudadano o parte de
un edificio que supone una respuesta a una relación compleja. La tipología determina la
estructura a la que debe ajustarse el programa del edificio, la solución a cada uno de los
espacios atendiendo a sus distintas funciones y la circulación entre esos espacios. Se trata de
un esquema arquitectónico que se repite en la historia y que da lugar a una gama de
edificios que pueden ser distintos pero que presentan constantes formales y funcionales.
Todo edificio responde a un uso y cada actividad humana tiene unas necesidades propias.
Por eso podemos decir que hay varios tipos de arquitectura básica: religiosa, doméstica,
funeraria, civil, industrial, comercial…Las distintas clases de edificios, ya sean templos,
teatros o palacios, tienen elementos en común que les convierten en tipologías
arquitectónicas. A lo largo de la historia estas tipologías se repiten constantemente, y en las
diferentes culturas y con distintos tiempos históricos ha habido resultados semejantes. La
mayor parte de los arquitectos y constructores han ejecutado su trabajo desde el análisis
tipológico, por lo que cada obra tiene como referencia un modelo consagrado al que se
adecua, copia, amplía o reforma por completo. El arquetipo es el modelo físico mientras
que la tipología es la idea abstracta del arquetipo. Esta manera de analizar la Arquitectura
fue puesta en práctica a mediados del siglo XIX por Nikolas Pevsner y en el siglo XX por
Aldo Rossi. Pero ya en la época romana se refería el sistema arquitectónico a un modelo
clasicista que pese a la renovación y creación de nuevas tipologías mantiene la idea de
orden; la columna sigue siendo el punto de partida de las proporciones, aunque ya su
función sea decorativa y no estructural. En la arquitectura romana se insiste en el valor de
los órdenes, que de hecho se amplían y aparecen ya con cierto valor ornamental.
De manera tradicional la clasificación tipológica se ha establecido
por los usos del edificio, pero también se puede hacer atendiendo a la forma. En las
culturas antiguas las principales tipologías eran palacios, tumbas, templos y fortificaciones;
y se usaban bastantes estructuras piramidales, como los zigurats, las pirámides egipcias o los
templos mayas y aztecas. Grecia y Roma crean las tipologías arquitectónicas que han
servido como referente occidental. La casa griega o romana dispuesta en torno a un patio
central es un modelo que me mantiene en toda la cultura mediterránea hasta el siglo XIX.
Sobre esta estructura se desarrolla el esquema de
palacio renacentista con el patio central. El modelo del
teatro griego o romano, al igual que los circos o
anfiteatros también ha servido de base a los centros de
ocio occidentales. Los mejores ejemplos son el Colíseo
y el Circo Máximo. Los foros romanos son el
antecedente de las plazas porticadas y cerradas de todas
las épocas. Los modelos de templos difieren de los
desarrollados por la tradición cristiana, porque sus
rituales se desarrollaban en el exterior y no dentro del
edificio, como sucede en la cultura cristiana, islámica o
hindú. Pero si que la Antigüedad proporciona el
lenguaje decorativo y normativo de los órdenes. Pero será la basílica romana la arquitectura
que permita el desarrollo de los primeros templos paleocristianos e incluso da nombre a la
planta basilical, que es una de las distribuciones más características del espacio cristiano. A
lo largo de toda la Edad Media predominan las tipologías religiosas en forma de iglesias,
catedrales o monasterios, a la par que las estructuras fortificadas, como castillos y murallas
defensivas. El desarrollo de la iglesia y de la catedral concentra la mayor cantidad de
soluciones arquitectónicas del momento.
En el mundo Islámico predomina la mezquita y la alcazaba como
fortificación. Al final de la Edad Media empieza a florecer la vida urbana y poco a poco la
cultura se va secularizando, por lo cual en la sociedad civil cada vez tendrá mayor
importancia la tipología de palacios, lonjas o ayuntamientos. La tipología hospitalaria, que
se fija en el siglo XVI, con planta cruciforme, tiene una gran repercusión en la historia de la
Arquitectura.
Hospital de Milán de Filarete
En el Renacimiento y el Barroco el castillo da paso al palacio como
residencia aristocrática, y en el Renacimiento italiano queda codificado con patio central de
doble galería, distribuidor interior y fachada representativa. Poco después tienen gran éxito
las villas urbanas tipificadas por Palladio, como la Villa Rotonda y los grandes palacios
reales, del tipo de Versalles. Con la Ilustración y sus ideas sobre la salud pública y el
urbanismo se produce una importante diversidad de nuevas tipologías que nacen de la
mano de las instituciones públicas y del afianzamiento de la sociedad burguesa. Se empieza
poco a poco a lo largo del siglo XIX a entrar en las residencias en edificios de apartamentos
donde la idea de alineación, clasicismo y uniformidad era tan importante como la idea de
comodidad. Con los nuevos materiales, como el hormigón, acero y cristal y avances
técnicos como la calefacción o el ascensor nace una nueva tipología: el rascacielos.
Otra tipología que se renueva es la del teatro, de lo cual dan fe algunos
como el Farnese en Parma. El museo y la biblioteca también adquieren su importancia. La
tipología del museo adquirirá características propias, y uno de los primeros proyectos en
este sentido es el de Durand, que contemplaba alas de galerías abovedadas en torno a
patios de planta cuadrada, con una rotonda central cubierta con una cúpula y columnata en
la fachada de entrada. Se siguió este esquema hasta la construcción del Guggenheim de
Nueva York por Wright.
En el siglo XIX la salud y la educación se convierten en bienes públicos
y por eso se buscan tipologías adecuadas. Se estandarizan tipologías de hospitales, de
cárceles e incluso de escuelas. La evolución del pensamiento sobre el castigo y las cárceles,
sobre la salubridad y la educación, dan como resultado nuevos edificios, como el Panóptico
de Benthan que sirvió de guía a muchas cárceles por todo el mundo. La tipología claustral
de los hospitales fue luego desbancada por el modelo de pabellones aislados y
especializados por enfermedades y rodeada de espacios verdes, esquema que se aplicará también
a los balnearios. La revolución industrial afecta a las tipologías y nacen nuevos edificios dedicados
a almacenes, oficinas, fábricas, laboratorios o mercados. Además también surgen nuevas
necesidades de ingeniería, como puentes, túneles, estaciones de ferrocarril.
Más tarde llegarian los aeropuertos.
Más tarde llegarian los aeropuertos.
CORÍNTIO
GRECIA HELENÍSTICA
ORDEN MIXTO
DÓRICO Y CORÍNTIO
ORDEN COMPUESTO
JÓNICO CORINTIO
ROMA
ENTABLAMENTOS
DÓRICO
JÓNICO
CORÍNTIO
ETRUSCOS
CRISTIANISMO
EL ARTE BIZANTINO
ARQUITECTURA PRERROMANICA
VISIGODOS
GODOS
MOZARABE